Ladrillos fabricados con botellas plásticas recicladas, impacto ecológico y abaratan los costos de la construcción

El primero de este tipo de ladrillos se obtiene a partir de envases de plástico, como veremos. El segundo, a partir de ¡cáscaras de cacahuete! -sí, habéis leído bien-. El objetivo de ambos proyectos es por un lado minimizar el impacto ecológico en el sector de la construcción y abaratar este proceso. Y por otro, reciclar un material tan masivo y cotidiano como los envases de plástico y dar una salida útil a los abundantes residuos de cacahuete que se producen, sobre todo en la ciudad argentina de Córdoba. Así, además evitan llenar más cualquier exhausto vertedero.
El arquitecto Horacio Berreta lidera estos proyectos: “Los desperdicios que producimos son infinitos y la fabricación del ladrillo clásico es un verdadero desastre ecológico, porque se hace con humus que tarda miles de años en formarse y en hornos a cielo abierto, como ocurría en Babilonia.
Es decir, que por un lado enterramos residuos y, por el otro, devastamos la tierra fértil”, explica. La tecnología propuesta por el CEVE ayuda a paliar ambos problemas pero es además más económica y muy eficiente desde el punto de vista del aislamiento térmico y acústico y fácil de fabricar.
Para la fabricación de ladrillos con plástico reciclado, el CEVE recupera toneladas de envases de plástico desechados como botellas de bebida y envoltorios, los tritura hasta que el material quede reducido al tamaño de arena gruesa.
“la cáscara de maní -cacahuete- se desecha en grandes volúmenes en nuestro país y especialmente en Córdoba, por lo cual se detectó la posibilidad de dar un destino sustentable a un material considerado desecho, incorporándolo a la fabricación de componentes constructivos”. .

Foto: Irma Montiel
En términos técnicos, y comparándolos con los ladrillos comunes, estos ladrillos reciclados son más resistentes al fuego, poseen una mayor resistencia mecánica, similar absorción del agua, buen comportamiento a la intemperie, mejor aislamiento acústico y pueden ser serrados y clavados con facilidad. Cuentan por ello con la certificación de fiabilidad técnica que otorga la Administración argentina para construir en alturas de dos pisos.

Techo con placas de cáscara de cacahuete.
En otros lugares también sacan rendimiento a los envases y a otros materiales tan curiosos como la cáscara de cacahuete o maní.
Las placas producidas son ensayadas en un prototipo experimental construido en CEVE.
Materiales y métodos: Se caracteriza el tipo de agregado utilizado (cáscara de maní) y se describe la
composición del ligante utilizado (resina poliéster). Luego se ensayaron las propiedades mecánicas del material obtenido, se determina el valor de conductividad térmica (λ ) para medir su capacidad de aislación térmica.
Resultados: Se obtuvieron placas de 43 cm. de ancho, 160 cm. de largo y 4.5 cm. de espesor. Se fijaron al
techo mediante perfiles metálicos y fueron colocadas sin revestimiento, de manera de inferir su
composición.
El análisis comparativo de resultados demostró buenas propiedades de aislación térmica y liviandad en
relación a materiales similares usados habitualmente como cielorrasos de techo.
Contribucion original: Los resultados del proyecto de investigación presentado se ubican en el campo
del conocimiento referido a la sustentabilidad tecnológica de materiales y componentes.
La alternativa constructiva descripta propone un destino sustentable a un residuo sobreabundante en la
región que hasta el momento, no tiene una disposición final adecuada.
Se estima que el desarrollo del presente proyecto aporte información, conocimientos y tecnología sobre las
condiciones de utilización de la cáscara de maní para ser considerada su aptitud para la producción de
componentes para la construcción de viviendas.

fuente ave.org.ar, amarilloverdeyazul.com